Sputnik-V

DIFICULTADES PARA SU RELATO CONTRA LA VACUNA SPUTNIK

Los medios opositores se ven forzados a atenuar su enfoque rabioso respecto de los avances hacia el comienzo de la vacunación en el país, aunque sin resignar del todo el relato contra la Sputnik V y la exaltación a favor de Pfizer. A la vez, abren operaciones con el pronóstico de un choque en el peronismo bonaerense. El caso del aliento al FMI para que imponga condiciones políticas para el acuerdo.

Las tapas y primeros planos para anuncios como “blooper” y “papelón” en torno del cambio en el horario de partida el martes del avión de Aerolíneas Argentinas que trajo las primeras 300 mil dosis dieron paso a una cierta discreción editorial, por la contundencia de imágenes que no pudieron ocultar del todo: el avión volvió como estaba previsto, las operaciones de descarga y almacenamiento tuvieron la precisión de un mecanismo de relojería. En fin, hechos concretos, palpables, que desbaratan el discurso de un gobierno que, dicen, no sabe gestionar y va camino al desastre.

Por supuesto, esta resignación es parcial y la orden de desbaratar toda esperanza sobre esta tarea -que busca, ni más ni menos, salvar vidas- puede llegar al ridículo o al desvarío.

La falta de recursos y elementos objetivos para mantener la estrategia obligó una y otra vez a Clarín, Infobae y La Nación a marcar que la ANMAT “aprobó” la vacuna de Pfizer y solo “recomendó” la Sputnik, sin detallar que ambos son procedimientos técnicos y administrativos diferentes pero igualmente previstos y perfectamente legales.

Cada día hay un redactor que recuerda que la Sputnik no está avalada por la agencia estadounidense FDA, sin mencionar que las condiciones geopolíticas y los negocios en juego hacen imposible esperar ese aval. Este discurso es repetido el domingo 27 por Tenembaum en Infobae, con frases idénticas a las ya publicadas durante toda la semana. Tomando en cuenta otro tema central de la agenda de estos días, asombrarse y convertir en elemento decisivo que la FDA no autorice a la Sputnik es como “descubrir” que la Iglesia Católica y el Papa no están de acuerdo con la interrupción legal del embarazo.

Las acciones publicitarias para Pfizer siguen a su ritmo. Grandes títulos para la llegada de esa vacuna a Chile, aunque ocultando que en cantidad inferior a la esperada y pactada, porque el laboratorio no cumple con sus compromisos.

La queja amarga por las imágenes del avión de Aerolíneas, el orgullo y entusiasmo de su tripulación, la alegría en el oficialismo porque el envío se cumplió como estaba previsto, se expresó en la reinstalación del viejo eslogan del “uso político”. Esto fue dejado de lado, no obstante, para el caso del presidente Piñera, quien se presentó en el aeropuerto para recibir diez mil dosis y luego en el lugar en que era aplicada la primera vacuna. ¡Enhorabuena! Es mucho mejor que este presidente se entretenga en estos quehaceres en lugar de ocuparse de mandar a los carabineros a reprimir, arrojar agua con químicos tóxicos a los civiles, balearlos en los ojos y violar adolescentes en camiones policiales.

Sin embargo, La Nación publicó el miércoles la “noticia” de las críticas en las “redes” porque algunos de los tripulantes del avión de Aerolíneas tenían un barbijo con la leyenda “Operación Moscú”, según parece palabras que asquean tanto a estos periodistas independientes como un “Viva Perón”. Dos días después, el prestigioso medio la emprendió contra una tripulante que, en el aeropuerto de Moscú, se sacó una foto con funcionarias nacionales y cometió el crimen político de hacer la “V” de la victoria, “asociada al peronismo”.

En fin, esta gente no da abasto con los disgustos. ANMAT “aprobó” a secas, correctamente, la vacuna de Pfizer, decían los títulos, pero “autorizó de apuro” a la Sputnik. El mismo desparpajo lleva a recuperar una y otra vez a Rubinstein como voz “autorizada”, olvidando claro que fue cómplice de la acción macrista que dejó a la República sin ministerio de Salud. No obstante, Clarín lo repone el domingo 27 en nota que tecleó otra vez Vanesa López.

Amargura sin límite de Van der Kooy en el mismo diario y reproche centralizado en el Presidente, como es habitual por parte de este comentarista. Lo acusa: “Avaló el espectáculo oficial por la campaña de vacunación contra el coronavirus con la importación de Rusia de la Sputnik V que sería apenas para 150 mil personas”. Parece que el odio político lleva a la enajenación, porque agrega que “el operativo desnudó todo: la intriga oficial, la mala gestión y la chapucería”.

Seguramente un operativo de vacunación gigantesca como el que el país pone en marcha tendrá, tarde o temprano, un error, algo no previsto, alguna falla para la que estos medios ya tienen espacios reservados: que no nos asombre que si un recién vacunado enfrenta un hecho fortuito -un incidente de tránsito, un divorcio, una milanesa que se le quema en la sartén- los títulos nos digan que fue por culpa de la vacuna “soviética”, como insiste en llamarla TN.

Dos columnistas, Fioriti en Clarín y Liotti en La Nación, abrieron operaciones coordinadas el mismo día respecto del peronismo bonaerense: empezaron a describir una hecatombe porque Máximo Kirchner, dicen, trabaja para ser el jefe del partido en el distrito. Recitan la fórmula de hace años, temible avance de “La Cámpora”, y paladean la resistencia de los sectores ortodoxos.

Pagni, en La Nación, se dio el gusto de describir el “sueño del pibe” del dispositivo de poder, nacional e internacional, para el que escribe: en dos notas sucesivas da a entender que el FMI no hará un acuerdo con el ministro Guzmán si no incluye cláusulas de “calidad institucional”. Es una “innovación conceptual muy importante” que el escriba da por hecha.

Detrás de descripciones más o menos alambicadas, lo que sugiere es que el FMI supeditará el acuerdo a que sigan en sus puestos los jueces que el macrismo acomodó para llevar adelante las causas contra el kirchnerismo. Ni más ni menos que el anhelado sueño, que tanto desveló a Macri, de poner a Cristina Kirchner en la cárcel.

Comunicadores de la Argentina

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