Femicidas libertarios

La relación entre la extrema derecha y el odio es una obviedad. En ese sentido, casi dos años del gobierno de Javier Milei han dejado al descubierto los peores rostros del poder cuando está en manos de personajes sin remordimiento ni moral alguna.
Es útil recordar que, previo a ingresar en política, en numerosas apariciones televisivas, Milei había evidenciado un alto nivel de trastorno, violencia y alteración de valores. Presumía de su virilidad al tiempo que, con los ojos vendados golpeaba piñatas simulando destruir el Banco central.
Ya como diputado, Milei se opuso a la asistencia médica a bebés y niñes con cardiopatías congénitas porque decía que era “un gasto para el Estado” (SIC).
Sin embargo y a pesar de esos antecedentes, nada frenó la carrera hacia la presidencia de semejante personaje.
Los discursos de odio
Como bien señala Adama Dieng, “los discursos de odio preceden a los crímenes de odio” (1). Ese fue precisamente el proceso vivido en el país con la llegada al poder de Javier Milei. A partir de diciembre de 2023, aquellos discursos que principalmente se dirigían contra lo que denominaba “la casta”, comenzaron a expresar sentimientos más específicos y no menos alarmantes. Surgió del mandatario una profunda obsesión homofóbica, misógina y pedofóbica.
Sobre su odio a las mujeres, baste señalar que se ufanó públicamente de hacer desaparecer el Ministerio de la Mujer. En esa ruta, Milei dictó sucesivas medidas tendientes a denigrar a las mujeres y en especial a generarles mayor vulnerabilidad. Ese desmantelamiento creciente de los mecanismos de protección contra la violencia de género es un brutal ejemplo de lo dicho. En ese paroxismo misógino, llegó a anunciar que eliminará la figura penal del femicidio.
Respecto de la homofobia, cabe recordar su discurso en el foro de Davos en el cual asoció la homosexualidad a la pedofilia. Se trató de un discurso bizarro cuya autoría se atribuye a Nicolás Márquez y Agustín Laje. El primero estuvo denunciado varias veces por violencia de género y hasta de abuso sexual de su propia hijita de tres años y medio. Respecto de Laje, es director de la fundación Faro.
En cuanto a la pedofobia u odio hacia las niñeces, hay que recordar que Milei proponía crear un “mercado libre de adopciones de niños” así como su célebre y brutal definición del Estado como “el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina” [sic].
Se trata sólo de algunos ejemplos del resentimiento y animadversión del presidente de la Nación hacia determinados colectivos. En el listado, debe incluirse por supuesto su odio a las personas con discapacidad así como adultos mayores, respecto de quienes no ahorró medida alguna para provocarles dolor, crecientes daños e inclusive la posibilidad de muerte.
Doble femicidio
El pasado sábado 11 de octubre, Pablo Laurta de 39 años asesinó a tiros a su expareja Luna Micaela Giardina (26) y a su exsuegra Mariel Zamudio (54) en una tranquila localidad de la provincia de Córdoba. En ese momento, además, Laurta secuestró al pequeño hijo de la pareja de 5 años de edad con la intención de sacarlo del país. Sobre el brutal crimen, se imponen algunas reflexiones.
El asesino es un ciudadano uruguayo, fundador de “Varones Unidos”, un grupo homofóbico y muy violento con vinculación directa a los nombrados Márquez y Laje, ambos estrechos colaboradores de Javier Milei. El espacio fundado por Laurta se dedica a difundir ataques muy fuertes a lo que denominan “la ideología de género” y el feminismo, así como a las organizaciones que promueven equidad. Igualmente agresivas son las campañas en contra de la interrupción voluntaria del embarazo.
Definen a los varones como víctimas de las mujeres a quienes atribuyen la presentación de “falsas denuncias” para difamarlos y aprovecharse de ellos.
Sobre los tres personajes, numerosas fotografías que circulan en las redes los ubican en diversas actividades conjuntas, incluso en viajes. Además, en su momento, Laurta fue uno de los principales promotores de la presentación en la ciudad de Montevideo del “Libro negro de la nueva izquierda” escrito por Laje y Márquez.
El doble femicidio cometido por Laurta desnuda una realidad incontrastable. Quedó evidenciado que el sistema de protección de restricción perimetral así como el botón de pánico previsto para las víctimas de agresiones de género no funcionó.
Surgió además, otra realidad, tal vez más esclarecedora que el fracaso citado. Se trata de la relación entre el contexto generado por el régimen de Javier Milei y los femicidios de Luna y su madre. Ese contexto está integrado por discursos de odio misógino que tanto Javier Milei como ministros de su gabinete e incluso legisladoras nacionales vienen pronunciando de manera sistemática.
Para ilustrar lo dicho, cabe recordar que junto al desmantelamiento del Ministerio de la Mujer, Javier Milei desarticuló diferentes programas de protección creados para enfrentar la violencia de género y proteger a las víctimas.
Simultáneamente, la senadora libertaria Carolina Losada elaboró un proyecto de ley que apunta a desalentar las denuncias de las madres respecto de abusos sexuales a sus hijes así como de violencia de género. En su presentación, el 20 de noviembre de 2024, Losada y el ministro Mariano Cúneo Libarona utilizaron el ámbito institucional del Senado de la Nación para favorecera un condenado por graves delitos de pedofilia.
Para esa finalidad, expusieron a graves riesgos en su integridad a una joven de dieciocho años de edad brutalmente violada por su padre ya condenado. El acontecimiento fue convocado en el marco de una campaña de ataque y desprestigio de toda aquella madre y profesional que denuncie abusos contra las infancias. Sostuvieron los nombrados que el proyecto se dirige a terminar con las “falsas denuncias” (SIC). Se trata exactamente del mismo argumento de Laurta, su grupo Varones Unidos y de las organizaciones defensoras de pedófilos presentes en el Senado de la Nación ese fatídico día de noviembre.
Por su parte, Cúneo Libarona avaló el evento con un discurso absolutamente misógino y retrógrado. Se trata del mismo ministro que personalmente viajó a los Estados Unidos a reunirse con Timoty Ballard, con 23 acusaciones de abusos sexuales en su país y causas en el nuestro. Allí, en reunión que fue grabada y tomó estado público, Cúneo Libarona le ofreció gestiones que incluían presentarle jueces para mejorar su situación procesal en Argentina.
Con similares argumentos y según dice para terminar con el “hembrismo”, la diputada libertaria Lilia Lemoine presentó un proyecto de igual tenor en el cuerpo que integra.
Las evidencias y los antecedentes indican que el doble femicidio de Luna y su madre son los primeros crímenes que es posible relacionar con los discursos de odio y el entorno de Javier Milei y su runfla de violentos.
Ante todo ello, es imprescindible que los funcionarios del Estado que tienen la responsabilidad de frenar esa barbarie, despierten de su letargo y actúen.
(1) Adama Dieng, Asesor de Naciones Unidas.
